Es largo el recorrido del acompañamiento terapéutico, casi tan largo como los conceptos modernos del tratamiento de la salud mental, Acompañamiento Terapéutico hubo desde hace mucho, pero no se lo llamaba así, ni era llevado a cabo por Acompañantes Terapéuticos es por eso que su eficacia nunca estuvo en discusión. Conocido es Pinel y tal vez poco menos lo es Pussin por muchos considerado el padre del concepto "enfermero psiquiátrico", con ideas primarias de desinstitucionalizacion, podemos ir pensando mas ejemplos pero este solo vale para pensar que lo que instituye al acompañamiento terapéutico es el acompañante terapéutico, ¿obvio?, no tanto, al correr del tiempo daba lo mismo quienes actuarán "de...", la premisa era que el acompañamiento terapéutico se lleve a cabo, de hecho ni siquiera se pensaba en un acompañante terapéutico como profesional, la profesión estaba y ofrecía un hueco que debía ser llenado sin importar por quién, establecida ya la eficacia clínica de la profesión esta fue ofrecida a variadas profesiones que, aún hoy, enarbolan un saber genético o que se desprende de su propio saber, un saber dado a veces por el tiempo que les llevó estudiar SU profesión, otras veces ese saber deviene o, peor aún, "deviene" de una trayectoria profesional. Poco o casi nada cambió, algunas leyes permiten un reconocimiento efímero y postulan a algunos a representar a nadie y sostener inconducentes batallas, una coyuntura económica insostenible a convertido la lucha por el reconocimiento en un sin fin de variopintos reclamos solo sostenidos por la inocultable razòn de la representación, autoreconocimientos inermes y callejones violentos y sin salida acechan al acompañamiento terapéutico a quedarse otra vez sin acompañantes terapéuticos sin contar con los formadores que se autotitulan expertos, y leyes que sostienen esa expertise propia de un principiante o de alguien que puede dar clases de acompañamiento terapéutico porque su título lo avala y de paso ahorramos unos pesos que nunca viene mal y así siguen "prestando" palabras que en la interdisciplina solo causan gracias o enojo por lo mal utilizadas. Hoy en busca de ese reconocimiento esquivo, la lucha parece avizorar más por quien lo logra que los logros mismos, y así se confeccionan "Frankenstein" legales que sólo tienen por logro el haberlos escrito, no es oscuro el futuro y no es fácil el camino si está lleno de luminosos y fáciles atajos que solo podremos sortearlos siendo uno, la unidad no es fácil por que no es lo que parece ser lo que buscamos, ante cada idea o proyecto antes de leer su contenido averiguamos el autor y luego leemos el texto dependiendo de quien lo haya ideado sera una lectura crítica o un texto de vanguardia, no importa lo que se pida en la lucha sino quienes luchan , la historia del acompañamiento terapéutico es una guerra de los cien años, interminable, inagotable e inextinguible mientras la división sea la nafta con la que intentamos apagar el fuego, llama viva que sólo ilumina a unos pocos, a los que están cerca.
Es por esto que la lucha debe dirigirse a la unión indestructible del Acompañamiento Terapéutico y el Acompañante Terapéutico, la única lucha que se gana es la correcta, debemos lograr que la profesión y el profesional lleguen a una comunión tal que sea imposible dividirlos, por que en esa división está la derrota y esa derrota no casual, es sostenida por quienes siguen desmereciendo la tarea del acompañante terapéutico y se arrogan la facultad de saber sobre acompañamiento terapéutico, pero no solo de ahi esta tironeado el profesional, desde "adentro" tambièn hay quienes sostienen la división, presentándose como representantes y deslegitimando todo atisbo de independencia, el presente es confuso, el futuro exige profesionalismo y ètica, para encarar de la independencia y el profesionalismo que se merece el Acompañamiento Terapéutico, ¿de quien depende?, ¿de qué depende?, las respuestas parecen ser simples para el espectador, pero difusas para los "jugadores", parece depender solo de nosotros y depende de la uniòn, ¿cuando?, ahora mismo el Acompañamiento Terapéutico debería ser nuestro punto de partida, ¿que significa eso?, el profesionalismos exige una ètica y una formaciòn, tal vez ahi es el punto de partida, la ètica implica no seguir autoergiendose de galardones que no tenemos ni representaciones que no nos piden. El acompañamiento terapéutico tambièn exige ideas, novedades, podemos hacerlo, DEBEMOS hacerlo, la originalidad es una de las herramientas del profesional, hacer lo mismo todos todo el tiempo, solo agota la originalidad, si se hace con ese objetivo solo se dirige hacia la autoextinción de de la teoría, podemos hacerlo, podemos ser creativos, debemos serlo, lo hacemos desde lo cotidiano, es ético pensar que podemos hacerlo, es ético pensar que podemos hacerlo, el primer paso es la profesión, pero debe ser dado por profesionales!!!!!