Una pregunta nos persigue a los profesionales del acompañamiento terapéutico cuando contamos nuestra profesión ¿qué es el acompañamiento terapéutico? y quienes llevamos años en este camino de enseñar o de militar la profesión nos percatamos que esa definición ha ido cambiando, por ahí no tanto en su definición pero si en la ejemplificación de su "utilidad" el para qué sirve también aparece a veces (la objetivación del concepto es común), volviendo: es común escuchar a un colega decir del trabajo sociocomunitario del Acompañante Terapéutico, definición que se fue constituyendo no hace mucho tiempo, años atrás se ubicaba el trabajo desde una conceptualización más biologicistas posicionando el trabajo en la patología, aún hoy nos pasa que cuando buscamos un colega para un trabajo lo primero que nos preguntan es que patología tiene, una rémora de la deformación en la formación (permítanme la cacofonía), aquí podemos ubicar entonces el que fue, hasta su profesionalización y formación específica acompañante terapéutico era lo que el formador quería que sea y casi siempre no era lo que debía, con el paso del tiempo la fuerza de su demostración de la efectividad fue necesaria una formación específica y comenzaron a emerger formaciones que poco a poco constituyeron un corpus teórico que dieron lugar a pensarnos merecedores de reconocimientos legales, formativos y de cobertura la coyuntura económica también nos permitió desentramar la profesión en conceptualizaciones empíricas que poco a poco fueron tomando cuerpo en textos, investigaciones, licenciaturas y demases que aportan a nuestra profesión una textura y un peso innegable en el campo de la salud mental. Ahora bien que será de nuestra profesión: El crecimiento de las redes, la pandemia y su encierro y la cercanía de formaciones on line han permitido que colegas de lugares que antes no se les daba acceso puedan comenzar a tomar voz y en poco tiempo la razón fue perdiendo espesura ante la multitud y lo logrado se fue constituyendo en algo normal y lo coyuntural se fue debilitando la necesidad de la formación continua se mimetizó con la pronta salida laboral la extensión de la formación fue motivo de crítica y subsistieron curso de 3 meses, criticar esta realidad fue condenada como falta de empatía y lo empático fue en desmedro de la profesión, la formación on line vino como una "necesidad" y un "derecho" como en la sociedad el otro desaparece y emerge mi realidad, "yo no puedo estudiar si no es de esa manera", vemos casi a diario a colegas defender a las formaciones sin reconocimiento legal de dudoso contenido y hasta expenden certificaciones apócrifas y si lo mostras el inmoral sos vos, lo público y lo privado pasaron a ser conceptos antagónicos y casi la criminalización de emprendimientos privados y hasta se comenzaron a rever conceptos que ya estaban establecidos como propios de la profesión, se comenzaron a generar saberes innecesarios y hasta la "comodidad" del profesional estuvo por encima de lo vincular, las redes se convirtieron en campos de batalla y el colega en enemigo, la profesión enseñada on line o en pocos meses generaba profesionales imposibilitados teóricamente para poder definir nuestra profesión pero con voz en las redes y la posibilidad de allanar el camino de la formación, hasta el punto tal de que otros profesionales se crean capaces de llevar a cabo el acompañamiento terapéutico tan poca fue la necesidad de la formación que cualquiera puede llevarla a cabo, hasta se legalizó esa apropiación de saberes, si hasta para algunos estados es lo mismo haber estudiado hace 20 años que la formación de ahora si legalizan lo empírico con cursos on line de 3 meses, ahora quien se atreve a criticar ese "derecho" adquirido hacerlo constituye en un verdadero acto de poca empatía, ahora dejarlo pasar constituye en un acto de falta de empatía para aquellos que venimos formándonos hasta una licenciatura, y es injusto hasta en la remuneración, otra cosa que no se dice porque también es poco empático decir que quien más sabe más debe ganar, entonces ¿que será del acompañamiento terapéutico? la respuesta no es tan simple porque depende del profesional, la profesión ya demostró su efectividad y su complejidad, está en el profesional estar a la altura, sino lo hace el acompañante terapéutico, otras profesiones lo harán, ya lo están haciendo. Solo del acompañante terapéutico depende seguir trabajando en el acompañamiento terapéutico y solo de nosotros depende...
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