“EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO
COMO HERRAMIENTA FUNDAMENTAL PARA EL PROCESO DE DESMANICOMIALIZACION”
En los últimos años se ha visto una
explosión del Acompañamiento Terapéutico, pero este es un recurso utilizado
solo por aquellos que pueden pagarlo o si su obra social o prepaga lo cubren. Ahora
bien, ¿que ocurre con aquellos que no pueden pagar la prestación o que la obra
social no la cubre? ¿Que seria necesario para socializar o masificar esta
profesión?, la masificación de una profesión depende de la efectividad clínica
de la misma, de su encuadre y/o de la aceptación que tiene de otras disciplinas
de las cuales depende su derivación.
Con el Acompañamiento Terapéutico
pasa algo particular que tratare de enumerar:
1. El interesado en profesionalizarse en el
Acompañamiento Terapéutico cuenta con una extensa y disímil oferta en cuanto a
su formación, cursos de 2 meses careciendo de la cantidad de horas teóricas que
son necesarias para la formación de alguien que debe estar en e día a día del
paciente y en general careciendo de pasantías o realizándolas en las mismas
instituciones que les dictan el cuso generando, así, una mano de obra barata,
también existen cursos a distancia (vía Internet) con todo lo que implica la
falta de practica en una profesión que se basa en ella, títulos intermedios a
carreras universitarias (por lo general en psicología) generando así
profesionales que creen que ejercen el acompañamiento terapéutico derivado de
tal o cual rama de tal o cual profesión y defendiendo esta postura hasta en el
campo clínico interfiriendo, esta, en su accionar o técnicaturas de 2 años dependiendo de la
provincia en donde estudia, cursos de 9 meses, etc.
2. Normalmente las instituciones que ofrecen los cursos
dependen o están dentro de una clínica psiquiátrica o instituciones
relacionadas con la internación generando así profesionales que nunca se
alejaran del modelo hegemónico y que serán funcionales a los establecimientos
en los que fueron formados.
3. Quienes están como directores de los cursos por lo
general son profesionales de la salud con carrera universitaria afín a la salud
(médico, psicólogos, terapistas ocupacionales y hasta farmacéuticos) dando un
sesgo asistencial a la formación, ya que su formación será orientada hacia la
profesión que tenga quien la dirige.
Algunas ideas de como se comenzaría
a solucionar esta problemática:
El primer punto es fundamental, la
regulación y unificación de un programa afín con la determinación de una
exigencia en las horas cátedra y pasantías logrando así, una unificación de
criterios en el profesional que deberá derivar la prestación de Acompañamiento
Terapéutico, en todo el territorio Nacional el Acompañamiento Terapéutico tendrá básicamente una misma formación, esto
facilitará enormemente la tarea del encuadre y la facilidad del profesional que
deriva ya que tiene en claro la función y especificidad del at- Esto se lograra
solamente con la inclusión de la figura del profesional, su territorio clínico
y una descripción de sus funciones en las futuras leyes de salud mental que
dicten en todo el territorio, como se logra esto? con la participación activa
de las asociaciones que nuclean a los at´s la integración de los ministerios de
cada municipio y/o provincia en la regencia de los profesionales
En el punto 2 son los ministerios de
salud quienes deben habilitar lugares para la formación de los futuros
profesionales, unificando los contenidos mínimos de los programas y
certificando los títulos emitidos y que se creen listados de aquellos que
egresen, poniendo, además, el requisito de una especialización, curso, seminario,
etc. por año, garantizando una prestación de calidad. La formación en
instituciones se orienta, la mayoría de las veces, a cubrir la especificidad de
la demanda interna sin tener en cuenta el aspecto social de la profesión y
formar un profesional en un solo aspecto del territorio clínico en el que va a
actuar no es lo que se espera de un curso de acompañamiento terapéutico.
Respecto al punto 3 lo considero vertebral en la formación de
profesionales ya que el acompañante terapéutico es una pieza de un equipo
multidisciplinario y debe ser formado en consecuencia, por lo que quien dirige
un curso de acompañante terapéutico debe ser un acompañante terapéutico y no
otro profesional de la salud, si se quiere jerarquizar una profesión lo primero
que debe pasar es darle el crédito que esta se merece.
El acompañante terapéutico es un
profesional que se debe formar para trabajar con el individuo, con su entorno
(red vincular), en su vida cotidiana tratando de insertar al paciente en el día
a día y ayudarlo a mejorar su calidad de vida prestando atención, entre otras
cosas, a su patología, pero no a esta como su única objeto de observación sino
como una parte mas de la esencia del individuo, el acompañante terapéutico debe
ver al paciente como un ser bio-psico-social, o como lo ha redefinido el Dr.
Juan Carlos Domínguez Lostaló, Socio-bio-Psico, planteando un cambio de
paradigma, debe, entonces, prestarse como un yo auxiliar que le permita al
sujeto la reconstrucción del suyo propio.
Como puede desprenderse de todo lo
antedicho ¿por que debe ser un profesional de la salud quien regentee la
formación del acompañante terapéuticos?, si este solo cubrirá una parte del
espectro profesional del acompañamiento terapéutico. Por esto, es tarea dura la
de romper con las Hegemonías preestablecidas en el ámbito de la salud mental,
Hegemonías planteadas desde el modelo medico, que ha venido describiendo al
paciente como un conjunto de patologías que desencadenan una enfermedad
incluida en un diccionario, que entre otras cosas esta armado con la
intervención o mas bien complicidad de los laboratorios farmacéuticos y se
encaran y dirigen tratamientos apuntando solo a lo patológico (biológico) y lo
que no entre en este espectro no es tenido en cuenta y se cae en la consecuente
cronificación y las sucesivas internaciones. Es parte fundamental del a.t. la
de ubicarse como un profesional mas dentro del equipo interdisciplinario sin
ser asistente de uno u otro profesional, es imprescindible el trabajo
intramuros del acompañante terapéutico ya que él debe actuar como agente de
prevención. Decimos prevención por que la cercanía vivencial del acompañante terapéutico
con el paciente le permite ejercer un control mas efectivo, actuando como
agente de prevención primaria de la salud, o prepatogenesis de la salud, con la
protección especifica, llevando un calendario de vacunas y las visitas
periódicas a especialistas. Como agente de prevención secundaria mediante la
ayuda de un diagnostico temprano y en consecuencia un tratamiento oportuno y le
pone un limite al factor discapacitante, ayudando, este, en la rehabilitación,
que ya es campo de la prevención terciaria, estos dos últimos tipos de
prevención denominados patogénesis. En la descripción de estos tres tipos de
prevención demostramos por que el trabajo individual del Acompañamiento
Terapéutico ayuda a la reducción de costos, ya que se disminuye el índice de
ocupación institucional (hospitalaria, centros de rehabilitación, etc.), la
disminución de los días de cama ocupados (factor primordial en el ámbito de la
salud publica), el consecuente aumento de la tasa de sobrevida. Por eso debemos
reinventar el Acompañamiento Terapéutico, desde sus bases, condición imposible
sin una ley que respalde ese accionar, que nos permita dar batalla ante las obras
sociales que nos piden, por ejemplo, una historia clínica y una derivación
medica para otorgar la cobertura de una prestación, prestación que por sus
características económicas (valor hora) queda relegada a una prestación menor,
pero su eficacia la utilizan a menudo, la falta de una ley marco divide a los
profesionales y esa división es utilizada por los sistemas hegemónicos que
condicionan la prestación mediante pagos realmente pingues para el trabajo que
realiza el acompañamiento terapéutico, y además de realizar los pagos a los 4
meses, obligando, así, a cobrar el resto a la familia o a los Coseguros,
alternativas esta que no están al alcance de toda la población por lo que
volvemos al principio:
Exigimos una formación unánime y separada de
los modelos hegemónicos reinantes en la salud mental, pero a su vez cuando
planteamos la socialización de la prestación nos encontramos que el modelo
hegemónico esta en todos los estamentos y es imposible separarse de estos sin una
ley que nos ampare, pero que solo con esto no basta, será necesario aunar los
esfuerzos para la cobertura en todo el territorio pero además la formación de
asociaciones o colegiaturas que realicen un seguimiento de su cumplimiento.
Si se me permite voy a concluir con
una reflexión:
Si el
Acompañante Terapéutico se ofrece como un modelo identificatorio en el proceso
de reconstrucción yoica del paciente, ¿no debería, él, contar con una identidad
profesional emanada de su emancipación en la formación? Definir o recuperar la
identidad ayudará al profesional a defender su posición frente a la sociedad,
en el presente no puede defender posición alguna, ya que no hay una sola
posición.
El acompañante terapéutico es una
parte importante del equipo interdisciplinario, no un asistente de tal o cual
profesión. Es, además por todo lo dicho, una herramienta fundamental en el
proceso de desmanicomialización.
Gracias.”
En la ardua tarea de darle una entidad científica al
Acompañamiento Terapéutico, basado en lo empírico es, entonces, que nos
embarcamos en la escritura del presente material que, esperamos sirva como
material de discusión y de consulta.
Proponiendo nuevos
territorios clínicos, aportando nuevas aplicaciones en el plano de la salud y
las distintas instituciones, intentando formar una conciencia
desmanicomializadora en la sociedad y por que no en los estamentos de poder o
de decisión, de inmediata y de fácil implementación, con costos mas bajos que
los utilizados en el presente y con resultados decididamente mas efectivos,
según se explicará, y /o se deducirá, en
el presente trabajo.
La idea de un trabajo
personalizado, con los pacientes, trae aparejado los conceptos de prevención,
resocialización, identidad y le saca el peso de la estigmatización de la
patología. Decimos prevención por que la cercanía vivencial del Acompañante
Terapéutico con el paciente le permite ejercer un control más efectivo,
actuando como agente de prevención primaria de la salud, o prepatogenesis de la
salud, con la protección especifica, llevando un calendario de vacunas y las
visitas periódicas a especialistas. Como agente de prevención secundaria
mediante la ayuda de un diagnostico temprano y en consecuencia un tratamiento
oportuno y le pone un limite al factor discapacitante, ayudando, este, en la
rehabilitación, que ya es campo de la prevención terciaria, estos dos últimos
tipos de prevención denominados patogénesis. En la descripción de estos tres
tipos de prevención demostramos por que el trabajo individual del
Acompañamiento Terapéutico ayuda a la reducción de costos, ya que se disminuye
el índice de ocupación institucional (hospitalaria, centros de rehabilitación,
etc.), la disminución de los días de cama ocupados (factor primordial en el
ámbito de la salud publica), el consecuente aumento de la tasa de sobrevida.
La concientización de
la efectividad clínica del Acompañamiento Terapéutico permitirá la temprana
incorporación de este tipo de profesionales (con una adecuada formación) a los
tratamientos convencionales, generando así, una mayor respuesta positiva al
tratamiento, evitando de esta manera, lo que exponen el licenciado Gustavo
Rossi y el licenciado Gabriel Pulice en el prefacio del libro: “ACOMPAÑAMIENTO
TERAPÉUTICO, APROXIMACIONES A SU CONTEXTUALIZACION”, (Presentación de
Material clínico) Editorial Polemos S.A.,”…el
acompañante terapéutico es llamado a llenar los vacíos, los puntos ciegos de
las instituciones y los terapeutas. Allí donde no se sabe qué hacer con un
paciente, en estos casos se lo enchaleca con psicofármacos o se le pone
acompañamiento terapéutico, o ambas cosas a la vez…”
Si tenemos en cuenta
al individuo como un conjunto, un ser
bio-psico-social, llegaremos a una mejor comprensión de la verdadera función
del acompañante terapéutico, esta división tripartita, describe en un todo al
individuo y los aspectos a tener en cuenta a la hora de planificar un efectivo
dispositivo terapéutico. Vladimiro Chiattone
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