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sábado, 17 de junio de 2017

Del muro de Alejadro Chevez (http://www.alejandrochevez.com/)







Ponencia presentada en la Jornada Internacional Acompañamiento Terapéutico: legalidad, incumbencia e identidad, organizada por la Red Argentina de Asociaciones y Agrupaciones de Acompañamiento Terapéutico.
Instituto Superior en Salud FECLIBA. La Plata, Buenos Aires, Argentina  26/04/217

Quiero agradecer a Gustavo Rossi y a Vladimiro Chiattone la invitación a participar a este encuentro junto con amigo Mane Rodríguez de México, intentaré abordar algunos temas que estamos trabajando en Madrid relacionadas con la identidad, la legalidad y el marco de acción del Acompañamiento Terapéutico en España.

Cuando hablamos de la identidad del acompañante terapéutico quizás no tenga mucho sentido perseverar en lo conocido, menos también debatir con el modelo brasilero si el at es una disciplina o una metodología, pienso que las instituciones vienen suspender este debate e incluso suprimirlo, en el momento en que entendemos que el Acompañamiento Terapéutico no es un capricho latinoamericano, sino una respuesta institucional a un problema social.

En tanto que respuesta ante un instituido tiene una relación de correspondencia con el contexto institucional en el que se instituye, y por lo tanto diferentes contextos institucionales y políticos darán forma a diferentes respuestas. Cabe preguntarse si en los diferentes países en los que se ha implantado, cada uno con sus características institucionales y políticas puede corresponderse la misma respuesta, o al menos una parecida que lleve el nombre de Acompañamiento Terapéutico.

En concreto la pregunta es si las diferentes formas en la que se ha instrumentado el Acompañamiento Terapéutico en los diferentes contextos (y no necesariamente en los diferentes países ya que hay diferencias internas también) mantiene las suficientes correspondencias entre sí como para afirmar que todas ellas tienen una relación de pertenencia a un conjunto mayor que llamaríamos Acompañamiento Terapéutico.

Esta cuestión tan simple es la que me ha motivado a iniciar un proyecto de investigación basado en el método Delphi con la finalidad de recoger por parte de los mismos protagonistas los Elementos esenciales del Acompañamiento Terapéutico. Investigación como digo muy sencilla, pero aunque parezca sorprendente, es la primera en su tipo. Son los hechos los que acallan las conjeturas.


Pero esto no es de lo que quería hablaros hoy sino de que lo que considero la identidad perdida del acompañante terapéutico, perdida en el mar de las identificaciones y el brillo enceguecedor del reconocimiento social. Yo me pregunto ¿En qué momento los acompañantes terapéutico nos convertimos en psicoanalistas?, lo digo con nostalgia  y autocrítica, porque pareciera haber sido este el sino de nuestra generación y de la anterior aun más. Éste no es un hecho secundario en el desarrollo de nuestra práctica, y sinceramente dan gusto los debates que en los sucesivos congresos he podido tener con los acompañantes sobre este tema. Porque nos enfrentamos al comienzo de una nueva era de acompañantes mentales, con un gran domino de las artes psíquicas, pero muy poco espontánea, con una gran inhibición para la representación, la actuación y el dominio de los gestos y las emociones.  Espero que aún estemos a tiempo para detener esta marea de acompañantes que desean ser psicoanalistas. Claro, no es su culpa, hay poner el ojo en la formación, no hay libro de acompañamiento que no diga que en su práctica el profesional debe hacer uso de “cierta espontaneidad”, ¿por qué “cierta”?, un acompañante requiere de TODA su espontaneidad trabajada en cada momento de su praxis. Jacobo Levy Moreno, que es quien, además de crear el psicodrama, introdujo la espontaneidad como concepto psicoterapéutico, lo define como una respuesta adecuada ante una situación nueva o una respuesta creativa ante una situación conocida. La espontaneidad es sinónimo de libertad, juego y salud. Un encuadre sea el que sea requiere de la espontaneidad del at para que sea habitable, cualquiera sea la patología, ¿Por qué esta insistencia en cierta espontaneidad?

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